ASÍ SE HACÍA VERSO EL FLAMENCO ANTIGUO: RECUPERANDO EL HABLA EN EL DÍA DEL FLAMENCO

En el día del Flamenco 2022, desde la oficina de cultura de nuestra localidad hemos querido recuperar la figura de Antonio Machado Álvarez, “Demófilo” padre Antonio y Manuel y uno de los antropólogos y folcloristas más importantes de nuestra historia y que recopiló, en un trabajo inmenso, el verso andaluz popular flamenco en “Cantes Flamencos” editado en 1881 y que supone la más rica compilación de verso flamenco andaluz. Versos que hemos transformado en una bonita campaña de difusión cultural, aquí os lo contamos…
CANTES FLAMENCOS DE Antonio Machado Álvarez, «Demófilo»
Antonio Machado Álvarez, «Demófilo» (Santiago de Compostela, 1848-Sevilla, 1893), escritor, antropólogo y folclorista español de la Generación del 68. Padre de los poetas Antonio y Manuel Machado, fue uno de los principales intelectuales de la segunda mitad del siglo XIX en Andalucía y el máximo exponente del estudio científico del flamenco. Su Colección de cantes flamencos, impresa por vez primera en Sevilla en 1881, supone un hito en la historia del estudio del cante, siendo la primera aproximación rigurosamente antropológica a la materia. La segunda edición, impresa en 1887 con el título de Cantes flamencos, será un acercamiento menos técnico y más popular a esta obra estrictamente flamenca, a la primera antología de esta expresión poética.
La obra trata el origen de los diferentes cantes, recopilando letras de soleares de tres y cuatro versos, seguiriyas gitanas, polos, cañas, martinetes, tonás, livianas, deblas y peteneras. Demófilo fue asesorado durante el desarrollo de éste, su trabajo más conocido, por los celebérrimos cantaores Juanelo de Jerez y Franconetti. La obra de Machado es la base sobre la que se construye buena parte de la bibliografía flamenca y una fuente imprescindible de estudio.
“Cantes Flamencos”
Transcribimos parte del Prólogo y una serie de soleares tal y como las reogiera el gran Demófilo.
Completamente ajeno a todo propósito folklórico y mira científica, este libro ofrece una gallarda muestra de las condiciones artísticas del gran poeta anónimo.

Un ejemplo de Cantes Flamencos
SOLEARES
Er queré quita er sentío:
lo igo por esperiensia,
porque a mí ma suseío.
Anda y no presumas tanto,
que otras mejores que tú
se quean pa bestí santos.
Dises que me quieres mucho;
puesto que tanto me quieres,
no me des tantos disgustos.
Cuando ebajito er puente
acuérdate que esías:
«Espera, que biene gente.»
A los árboles blandeo,
a un toro brabo lo amanso,
y a ti, flamenca, no pueo.
¡Ay, probe corasón mío!
Por más gorpes que resibe
nunca se da por bensío.
Chiquiyo, no me la mientes;
que como la quiero tanto,
fatigas me dan de muerte.
Anda que te den un tiro,
que te jases mu persona
y a la cara no te miro.
Por dinero no lo jagas;
yébame a una jerrería
y échame un jierro en la cara.
No bayas a la Vitoria,
no sarga un santo y te quite
mi queré e la memoria.
Esa flamenquiya perra
me tiene comprometío,
que quiere que yo la quiera.
Der sielo vengan fatigas;
yo por la caye no yoro,
porque la gente no diga.
Chiquiya, bente conmigo,
que no te fartará náa…
para andar encueros bibos.
Dises que no me puées be:
la cara t’amariyea
de la fuersa der queré.
Quiéreme como te quiero;
luego me berás morí
como Cristo en er maero.
Abujitas y arfileres
le clabaran a mi nobia
cuando la yamo y no biene.
A mí se me da mu poco
que er pájaro en la lamea
se múe de un árbo a otro.
Deja que la gente diga;
en queriéndonos los dos,
pase la gente fatiga.
¿Amariya y con ojeras?…
No le preguntes qué tiene;
que está queriendo e beras.
Cuando yo me esté muriendo,
arrímate tú a mi cama,
que siempre t’estoy queriendo.
A serbir al rey me boy,
y er biento que da en tu puerta
son los suspiros que doy.
Bien sabes que te he querío,
pero me ha dicho mi mare
que bergüensa no he tenío.
Buenos consejos te di,
no los quisiste tomá,
quéjate a tu mar bibí.
Arrímate a mi queré,
como las salamanquesas
s’arriman a la paré.
Anda y que te den un tiro…
con pórbora e mis ojos
y balas e mis suspiros.
Cuando te bi en la cama,
a mi corasón de ducas
se le cayeron las alas.
Anda y no presumas más:
Si t’has e tirá ar poso,
¿pa qué miras er brocá?
Corre a la ilesia y confiesa:
que tú tiene en este mundo
mir cositas malas jechas.
Compañera, si me muero,
la casiya e los locos
ha e sé tu paraero.
Cuando por la caye bas,
tienes carita e santo
y partías e charrán.
Con er jaleo y el ole,
las muchachas de hoy en día
se lo isen a los hombres.
Anda a un rico que te dé;
y si el rico no te da,
ben acá, yo te daré.
De pena me estoy muriendo,
al ber que en el mundo bibes
y ya para mí t’has muerto.
Chiquiya, ¡balientemente
dejaste tú mi queré
por er desí de la gente!
Cuando yo te quise a ti,
se cuajaron los rosales
e rosa e pitiminí.
Bien me lo esía mi mare:
Cabrita que tira ar monte
no hay cabrero que la guarde.
Anda vete a la lamea,
que e noche pasa tóo;
jasta la farsa monea.
¡A mí te quiés compará,
siendo de tóos los metales
y yo de un solo metá?…
¡Blanquita como la niebe!
¡Qué lástima de gachí,
que otro gachó se la yebe!,
Al hombre que está queriendo,
jasta e noche en la cama
er queré le quita er sueño.
Cuando más a gusto estaba,
m’apartaron e tu bera
por una persona mala.
Dises que soy mar gachó,
siendo yo más jitanillo
que las costillas e Dios.
Anda, que ya no te quiero;
que de tu bía y milagros
malos informes me dieron.
¿Dónde m’arrimaré yo,
si no hay un pecho er mundo
que quiera darme caló?
Chiquiya, tú eres mu loca:
eres como las campanas,
que toíto er mundo las toca.
De mi vera tú te fuiste,
y a las beinticuatro horitas
er daño reconociste.
Dios mío, ¿que será esto?
Sin frío ni calentura,
yo me estoy cayendo muerto.
Cuando más yo te quería,
me presisó el orbiarte,
porque si no me moría.
Disen que no bales ná;
cuando a mi bera te tengo
bales tú un grande caudá.
De tu bera no m’aparto,
y me yeben entre cuatro.
…”

Antonio Machado Álvarez “Demófilo”
Campaña difusión “Cantes Flamencos”









