Escuela de Familias

Da comienzo la escuela de familias y este año tenemos el placer de contar con una gran variedad de talleres. Se dividirá en los dos trimestres y este primero lo hará con la presencia de especialistas y formadores en cada una de las temáticas de los talleres que se impartirán.

El estrés y la tensión

¿Qué es el estrés?

El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental.

Los eventos que provocan el estrés cubren una variedad de situaciones – desde verse en peligro físico hasta hacer una presentación en clase o tomar un semestre con la asignatura más difícil.

El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión emocional.

Esta reacción se conoce como respuesta al estrés. Cuando funciona como es debido, esta reacción es la mejor forma para que la persona funcione bajo presión. Pero la respuesta al estrés también puede causar problemas cuando es extrema.

El estrés bueno y el malo

La respuesta al estrés (respuesta de combate o fuga) es crítica en situaciones de emergencia, como cuando un conductor tiene que frenar el auto repentinamente para evitar un accidente. También se activa en una forma más sencilla cuando la persona está tensa, aunque no corra peligro – como cuando tu batazo puede ganar el juego; cuando te preparas para una fiesta o cuando estás haciendo un examen final. Un poco de estrés de este tipo puede ayudarte a mantenerte atento, listo para hacerle frente a cualquier reto. Y el sistema nervioso vuelve a su normalidad, listo para responder de nuevo cuando sea necesario.

Pero el estrés no es siempre una reacción a cosas inmediatas o momentáneas. Eventos progresivos o a largo plazo, como un divorcio o el traslado a un nuevo vecindario o escuela, también pueden causar estrés. Las situaciones a largo plazo pueden producir un estrés de poca intensidad, pero perdurable, ocasionando dificultades a la persona. El sistema nervioso siente una tensión continua y se mantiene relativamente activo a fin de continuar liberando hormonas adicionales durante un período de tiempo prolongado. Esto puede agotar las reservas del cuerpo, haciendo que la persona se sienta agotada o abrumada, debilitando el sistema inmunológico del cuerpo y ocasionando otros problemas.

¿Qué causa una sobrecarga de estrés?

Aunque una suficiente cantidad de estrés puede ser buena, una sobrecarga es algo aparte – nadie se beneficia por demasiado estrés. Por ejemplo, tener un poco de estrés porque tienes un examen puede motivarte a estudiar más. Pero cuando el examen te causa mucho estrés, te concentras menos en la materia que necesitas aprender.

Las presiones que son extremadamente intensas, que perduran por mucho tiempo, o los problemas que hay que afrontar sin ayuda, pueden ocasionar una sobrecarga de estrés. A continuación mencionamos varias situaciones que pueden ser agobiantes si continúan por largo tiempo:

  • ser víctima de intimidación o estar expuesto a violencia o lesions físicas
  • relaciones tensas, conflictos familiares, la tristeza ocasionada por un corazón quebrantado, o el fallecimiento de un ser querido
  • problemas contínuos en la escuela ocasionados por un problema de aprendizaje o cualquier otro problema como (ADHD) – trastorno de falta de atención por hiperactividad, el cual deja de causar estrés una vez que se reconoce y se trata con el apoyo adecuado.
  • estar siempre apurado, no tener tiempo para descansar y relajarse, y estar siempre en movimiento

Algunas veces el estrés es extremo y necesita atención especial. El trastorno de estrés post-traumático es una reacción muy fuerte que puede producirse en personas que han pasado por una situación extremadamente traumática, como un accidente automovilístico grave, un desastre natural como un terremoto, o una agresión como la violación sexual.

Algunas personas tienen problemas de ansiedad que causan reacciones extremas de estrés, convirtiendo pequeñas dificultades en crisis mayores. Si una persona se siente tensa, enojada o preocupada o tensa con frecuencia, es posible que sufra de ansiedad. Los problemas de ansiedad generalmente necesitan atención, y muchas personas buscan la ayuda de un consejero profesional para superarlos.

Señales de sobrecarga de estrés

Las personas que están pasando por una sobrecarga de estrés muestran algunos de los siguientes síntomas:

  • ansiedad o ataques de pánico
  • constante presión, confusion y apresuramiento
  • irritabilidad y melancolía
  • síntomas físicos: problemas estomacales, dolores de cabeza y dolores de pecho
  • reacciones alérgicas: eczema y asma
  • problemas del sueño
  • beber en exceso, comer en exceso, fumar o usar drogas
  • tristeza o depresión

Todas las personas sienten el estrés de una manera diferente. Algunas personas se enfadan, comportándose de manera poco apropiada y desquitándose con los demás. Otras personas lo esconden y comienzan a padecer de problemas alimentarios o abuso de sustancias ilegales. Las personas que padecen de una enfermedad crónica también notan que los síntomas de su enfermedad se acrecentan cuando tienen una sobrecarga de estrés.

Mantén el estrés bajo control

¿Qué puedes hacer para manejar la sobrecarga de estrés, o mejor aún, eliminarla? El mejor método para hacerle frente al estrés es aprender a manejar el estrés que acompaña cualquier reto; ya sea bueno o malo. El arte de manejar el estrés se va perfeccionando si se usa con regularidad, no solamente cuando se está bajo presión. Saber cómo eliminar el estrés y hacerlo durante situaciones calmadas puede ayudarte a pasar por circumstancias difíciles que puedan surgir. A continuación mencionamos varias sugerencias que ayudan a controlar el estrés:

  • No te sobrecargues con actividades. Si te sientes tenso, piensa en eliminar una o dos actividades, optando por mantener las más importantes.
  • Se realista. No trates de ser perfecto – nadie lo es. Esperar perfección de los demás aumenta el nivel de tu estrés (sin mencionar la presión que ejerce sobre los demás). Si necesitas ayuda con algo, como el trabajo escolar, pídela.
  • Duerme bien. Cuando se duerme la cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado, pudiendo manejar cualquier situación negativa que cause estrés. Debido a que el “reloj del sueño” biológico cambia durante la adolescencia, muchos adolescentes prefieren acostarse más tarde en la noche y dormir más tarde en la mañana. Pero si te acuestas tarde y tienes que levantarte temprano para ir a la escuela, no dormirás la cantidad de horas necesarias.
  • Aprende a relajarte. El antídoto natural del cuerpo para el estrés se llama respuesta de relajamiento. Es lo opuesto al estrés y crea una sensación de calma y bienestar. Los beneficios químicos de la respuesta de relajamiento pueden activarse simplemente relajándote. Puedes provocar la respuesta de relajamiento si aprendes unos simples ejercicios de respiración y los usas cuando estés en una situación que te cause estrés. (Haz “click” en el botón para aprender sobre una). Asegúrate de mantenerte relajado y de tomar tiempo para disfrutar de actividades que te calmen y sean placenteras: leer un buen libro, tomar tiempo para disfrutar de tu pasatiempo favorito, jugar con tu animalito preferido, o darte un baño relajante.
  • Cuida tu cuerpo. Los expertos están de acuerdo en que ejercitarse con regularidad ayuda a las personas a manejar el estrés. (El ejercicio excesivo o compulsivo puede contribuír al estrés, por lo tanto, debe hacerse con moderación) Aliméntate bien para que tu cuerpo funcione de la mejor forma posible. Cuando sientes estrés, es fácil comer apresuradamente y comer comidas rápidas o que no son nutritivas. Cuando tienes estrés, tu cuerpo necesita más vitaminas y minerales que nunca. Algunas personas usan drogas para escapar de la tensión emocional. Aunque parezca que el alcohol y las drogas alivian la tensión emocional momentáneamente, la realidad es que depender de ellos causa más estrés porque afecta la habilidad natural del cuerpo para recuperarse.
  • Cuida tus pensamientos. Tus perspectivas, actitud y pensamientos influyen mucho en la manera en que percibes las situaciones. ¿Está tu copa medio llena o medio vacía? Una buena dosis de optimismo te ayudará a salir adelante en situaciones difíciles. Aunque no tengas práctica o seas algo pesimista, todos podemos aprender a pensar con más optimismo y disfrutar de los beneficios.
  • Resuelve los problemas sencillos. Aprender a resolver los problemas cotidianos te hace sentir en control. Evitarlos puede hacerte sentir que tienes poco control de la situación, causándote todavía más estrés. Aprende a evaluar la situación con calma, a pensar en las opciones que tienes, y a tomar los pasos necesarios para resolver el problema. Cuando te sientes capaz de resolver problemas pequeños, tendrás la confianza necesaria para resolver problemas más complejos – lo cual te ayudará en situaciones que te causen mucho estrés.

Aumenta tu resistencia

¿Has notado que ciertas personas parecen adaptarse a las circunstancias difíciles sin alterarse? Se mantienen serenos bajo presión y pueden resolver los problemas según van surgiendo. Los investigadores han identificado las cualidades que hacen que ciertas personas posean una resistencia natural aun cuando se enfrentan a circunstancias que producen mucho estrés. Si deseas aumentar tu resistencia, trata de adquirir estas actitudes y comportamientos:

  • Piensa en los cambios como retos normales en tu vida.
  • Reconoce las demoras y las derrotas como un problema momentáneo que puedes resolver.
  • Piensa que tendrás éxito si continúas avanzando hacia tu meta.
  • Resuelve los problemas cuando surjan
  • Establece relaciones firmes y cumple con tus compromisos con tu familia y amistades.
  • Consigue un buen sistema de apoyo y pide ayuda.
  • Participa en actividades para relajarte y divertirte con regularidad

Aprende a pensar que los retos son oportunidades y las situaciones difíciles no son desastres, sino problemas momentáneos. Resuelve los problemas y pide ayuda y consejos de otras personas, en vez de quejarte y permitir que se te acumule el estrés. Fija tus propias metas y mantente al tanto de tu progreso. Toma tiempo para relajarte. Sé optimista. Cree en ti mismo. Respira. Permite que un poquito de estrés te motive a tomar una acción positiva que te ayude a alcanzar tus metas.

Amor Toxico

Qué no es amor: el amor tóxico

Un concepto se ha hecho popular en la actualidad es lo que se conoce como “amor tóxico”. El amor tóxico se caracteriza por una serie de conductas de dependencia emocional o control que convierten la relación de pareja en dañina. Los miembros de una relación tóxica sufren día sí y día también. 

Pero… ¿cómo es el amor tóxico? El amor tóxico presenta las siguientes propiedades.

Dependencia emocional

Al menos uno de los miembros de la pareja tiene una autoestima baja y su felicidad depende de la presencia del otro. Tiene miedo a encontrarse consigo mismo.

Codependencia emocional

Similar a la dependencia emocional, pero el codependiente emocional es adicto a la dependencia de su pareja y, por tanto, a la necesidad de ayudarle y preocuparse por su bienestar.

Vida social limitada

Los miembros de la pareja dejan de lado sus amistades y se vuelcan pura y exclusivamente en la pareja.

Obsesión por la relación

La inseguridad de alguno de los miembros hace que se obsesione en exceso por la relación.

Es irracional y poco realista

Es un amor que vive de las expectativas irreales, lo que causa una tremenda frustración en los miembros de la pareja.

Necesidad de aprobación del otro

Como la persona se siente vacía, busca en la pareja la seguridad, estabilidad y comodidad que le falta en su propia vida.

Preocupación por el cambio

Uno de los miembros de la pareja no tolera que al otro le vayan bien las cosas, en gran parte por su propia frustración.

Posesivo y controlador

Este tipo de amor no es un amor libre, sino que alguno de los miembros de la pareja interpreta que la otra persona es su posesión y se vuelve controlador.

Celoso

Los celos y los intentos de control forman parte de la día a día de la pareja. Lo que les hace tremendamente infelices.

Es manipulador

Es un amor manipulador, en el que existe chantaje emocional por parte de alguno de los dos.

Mala comunicación

La comunicación no es fluida y, por tanto, la relación no es cordial. La confianza se ha perdido.

Conflictos excesivos

Los puntos anteriores causan que la relación se convierta en tóxica y los conflictos sean el pan de cada día. 

Como afrontar el dolor emocional

1-Sigue indicaciones médicas

Evita realizar remedios sin consultar antes a tu médico tratante.

2-Afronta activa y adaptativamente la problemática

Recuerda que: “Tu salud es Tu responsabilidad y tambíen Tu derecho” (OMS, 2017)

3- Preparación y educación

Realiza búsqueda de información acerca de tus padecimientos.

4-Enfócate en la solución

Busca la resolución de los problemas que te ha generado el dolor.

5-Reduce tu estrés

Incorporarte en actividades que fomenten tu desarrollo y aprende técnicas de relajación.

6-EA: En acción y en movimiento

Realiza la actividad física sugerida por tu médico, así tendrás mayor flexibilidad física y mental.

7-Gestión emocional

Es mejor trabajar en el manejo de tus emociones, que tratar de reprimirlas.

8-Adaptación

Adapta tu vida: ¡Seguro que hay mucho que PUEDES hacer!

9-Fortalece tus redes sociales

Busca apoyo social,  las relaciones interpersonales son un factor de protección ante la depresión y ansiedad. ¡Que no te aísle el dolor!

10-Ayuda profesional

Si a pesar de tus esfuerzos, sientes que no puedes lograrlo solo, la ayuda psicológica representa una estrategia de afrontamiento adaptativa y adecuada ante el dolor. 

La Rabia

La rabia puede parecer una emoción más, sin embargo, esta activación fisiológica extrema puede incluso apagar nuestro enfoque racional…


La rabia es una emoción que altera, que experimentamos con gran intensidad y que apaga a su vez nuestro enfoque más racional. Puede a su vez. generarnos múltiples sensaciones somáticas, como un bloqueo en el estómago o un nudo en la garganta. A su vez, si hay algo que  suele definir a este estado es la dificultad para poder manejarlo y reducir su efecto.

En realidad, cuando sentimos rabia algo está ocurriendo en nuestro sistema nervioso, en nuestra sangre y, por tanto, en todo nuestro cuerpo. Con esta emoción se remueven nuestras hormonas y neurotransmisores, movilizándonos para la acción. Sin embargo, antes de derivar en una conducta que podamos lamentar, lo mejor es tomar aire y comprender mejor qué quiere decirnos este estado.

«Cuando estés molesto cuenta hasta diez antes de hablar. Si estas muy molesto, cuenta hasta cien».

-Thomas Jefferson-

La rabia, una emoción más

La rabia nos empuja a liberar energía, a exteriorizarla porque convierte a nuestro interior en una especie de olla a presión.Cuando no abrimos una canal para que se evapore puede causarnos mucho daño, contaminando al resto de emociones, pensamientos y conductas que generemos a partir de ese momento.

Como cualquier emoción, somos los responsables de ella y nadie es el culpable de la misma, a pesar de que nosotros sí la asociemos o la proyectemos sobre alguien. A su vez, y no menos importante hay un aspecto que debemos considerar.

Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Albany, en Nueva York, nos recuerda que esta emoción está detrás de muchas conductas violentas. Saber controlarla, canalizarla y desmenuzarla es parte de la Inteligencia Emocional, clave del bienestar.

Nace como reacción a algo o alguien

La rabia es una emoción que se nos escapa, que quiere salir y por eso, en ocasiones, sentimos que no podemos controlarla. Con frecuencia, nace motivada por alguien, que hace o dice algo que nos molesta.

En muchas ocasiones, exteriorizaremos la rabia contra esa persona que provocó el desencadenante de esta emoción,comportándonos de forma, impulsiva y sin control sobre nuestras palabras y nuestros actos. Sin embargo, esto no soluciona lo que realmente lo originó, causando conflictos y daños, de los que probablemente nos arrepintamos después.

Contra uno mismo

En otras ocasiones, la rabia es contra nosotros mismos. Esto ocurre cuando es desencadenada por una situación y no tanto por otras personas. Lo que significa el ataque directo a nuestra persona, culpándonosde la situación molesta o desagradable.

En cualquier caso, la rabia dirigida hacia nosotros mismos tampoco nos libera de ella, sino que hará que nos sintamos peor todavía. Lejos de disiparse la rabia, esta crecerá más en nuestro interior, sintiéndonos desbordados por tanto emoción sin resolver y auto-destructiva.

«La rabia es muy perjudicial para todo el mundo, pero sobre todo para el hombre que la experimenta.»

-León Tolstói–

La rabia que destruye

La rabia es destructiva cuando no sabemos cómo resolverla. Si nos dejamos arrastrar por ella de forma impulsiva nos hacemos daño a nosotros mismos o a otras personas. Por otro lado, si la reprimimos igual que si fueran residuos radioactivos, queda anidada en nuestro interior, creciendo con el paso del tiempo y dañándonos en nuestra propia imagen.

«No importa lo que los médicos dicen, la rabia en los seres humanos con frecuencia es una de las trampas del enemigo»

– Gabriel García Márquez-

Es necesario aprender a resolverla y gestionarla, para que no nos destruya. Sin embargo, también es esencial descubrir de dónde viene y por qué la sentimos. De este modo, descubriremos el verdadero motivo de nuestra rabia. Así, solo cuando conozcamos la profundidad de la emoción podremos sanarla, desterrándola de nuestro interior.

La emoción que nos enseña

La rabia siempre nos indica que tenemos alguna insatisfacción personal, algo no resuelto que incluso puede venir desde la infancia. Para descubrir su origen real, sería conveniente observar en qué situaciones aparece y en cuales permanece dormida.

Es probable que todas las situaciones tengan algo en común, ya que con frecuencia esta emoción encubre insatisfacción, dolor, expectativas no cubiertas, sentimientos de inferioridad, abandono, frustración, falta de apoyo, búsqueda de la perfección, etc..

Si observamos nuestra rabia, esta nos mostrará donde tenemos que trabajar, quizás para fortalecernos, aceptar el fracaso, respetar como son los demás o para sentirnos satisfechos. Solo entonces dejaremos de sentir esta emoción desagradable.

El Amor

Entre las emociones de la familia del amor se encuentran las más necesarias y positivas de todas las emociones. El amor lleva al cuidado y protección de lo amado. El amor es la emoción fundamental de la que todos nos nutrimos. Cuando los niños se sienten amados y seguros, aprenden lo que es el amor y les resulta fácil amar a los demás. También calificado como sentimiento por algunos autores (el sentimiento aparece cuando el cerebro interpreta la emoción), el amor puede expresarse en muchos grados. Los seres humanos tenemos la capacidad natural para amar, para establecer lazos afectivos con otros seres. Hay varios tipos de amor: El amor propio, el amor fraternal, el amor romántico… Cuando estamos enamorados lo reflejamos en todo nuestro ser; en el aspecto físico, en los pensamientos, en nuestra forma de actuar y de relacionarnos. Aunque algunos autores (R. Aguado) le dan categoría de emoción básica, nosotros, con carácter didáctico, hemos incluido la admiración dentro de esta familia, al considerar que al admirar algo o a alguien, en cierto modo, lo amas. Al sentir admiración se desarrollan las neuronas espejo (ves como lo hacen los otros, miras, admiras e imitas). Cuando miramos la naturaleza estamos en calma, sin juzgar, sin criticar, admirandola tal cual es y eso nos tranquiliza. Físicamente: Sentimos el amor en el pecho y los brazos, además favorece la concentración mental, la determinación y la creatividad. Las pupilas se dilatan, la temperatura corporal aumenta, es fácil ruborizarse, que las manos suden, se reduce el estrés y disminuyen los ritmos cardíaco y respiratorio. La mucosa prolifera y se saliva más, suele decirse que “se nos cae la baba”. El amor actúa como un analgésico contra el dolor. Las respuestas más habituales cuando sentimos amor son: Tener la necesidad de dar y de expresarlo (besos, abrazos, caricias), nos ofrecemos en entrega respetuosa. Pero también puede expresarse amor a través del acoso, de la posesión, los celos, el apego exagerado y el control antinatural del ser querido. Algunos ejemplos: Siento amor hacia mi pareja, hacia mi familia y mis amigos, hacia los animales, la naturaleza, por la música, por un lugar determinado, cuando oigo la voz de mi madre y mi padre, cuando me cantan canciones para dormir o me leen un cuento, hacia todo lo que me hace sentirme feliz…

Como prevenir la ansiedad

Uno de los principales problemas de la población actual es la ansiedad. Puede ser provocada por múltiples factores, entre ellos el ritmo de vida, problemas personales o el mundo laboral. Entre la población joven uno de los más comunes y que preocupa a los expertos es la adicción a las nuevas tecnologías y la ansiedad aparece cuando se priva a los adolescentes de la utilización de los dispositivos móviles, por ejemplo. Además de la respiración diafragmática, para prevenir esa ansiedad os dejamos unos consejos.